16 de septiembre de 2015. Posicionamiento del Grupo OND ante el discurso del Presidente Milei presentando presupuesto 2026.
En su mensaje por cadena nacional, Milei presentó el Presupuesto 2026, reafirmando como eje central el equilibrio fiscal. Sostuvo que es la “piedra angular” de su gestión y que sin superávit no hay futuro posible. Reivindicó la “baja de la inflación, la pobreza, los impuestos y el fin del cepo” como logros de su gobierno. Aseguró que “lo peor ya pasó” y que Argentina se encamina hacia décadas de crecimiento sostenido si se mantiene las reformas estructurales.
Prometió aumentos en partidas para salud, educación y jubilaciones “por encima de la inflación” y planteó que el superávit permitirá que el Estado financie al sector privado para obras de infraestructura. Insistió en que la única salida es abrir la economía, reducir impuestos y garantizar reglas para que las empresas inviertan.
Análisis crítico y político
El discurso de Milei aparece como un manifiesto ideológico desconectado de la realidad social argentina. Mientras habla de equilibrio fiscal como condición para el crecimiento, en la calle se siente la destrucción de la industria nacional, la pérdida de miles de puestos de trabajo genuinos y el cierre de pymes asfixiadas por importaciones y caída del consumo.
El presidente se jacta de “baja de la pobreza”, pero los datos oficiales y los propios registros de organismos sociales muestran un país donde más del 50% de la población es pobre y el hambre golpea a millones de familias. La inflación puede haberse moderado, pero fue a costa de una brutal recesión, salarios pulverizados y jubilaciones de miseria.
Lejos de fortalecer la producción, Milei apuesta a la financiarización de la economía, al capital especulativo, al dólar futuro y a un modelo de país subordinado al poder económico global. Esto implica hipotecar el presente y el futuro: el Estado se desarma, la educación pública se vacía de recursos, los hospitales colapsan y los científicos emigran.
El supuesto “aumento del gasto en salud y educación” no resiste análisis: con presupuestos de base recortados, cualquier incremento porcentual “por encima de la inflación proyectada” es apenas maquillaje frente a la desinversión estructural que ya padecen universidades, escuelas y hospitales.
Milei sostiene que el superávit permitirá “financiar al sector privado”, pero en realidad eso implica transferir recursos públicos al gran capital, mientras los trabajadores y jubilados siguen pagando el ajuste. No hay un plan de desarrollo productivo, ni de generación de divisas por exportaciones industriales, ni de creación de empleos de calidad.
En definitiva, se trata de un proyecto de país para pocos, pensado para garantizar rentabilidad a los fondos de inversión y a los grupos concentrados, mientras la Argentina real (la que produce, la que trabaja, la que educa y la que se atiende en el hospital público) se hunde en la miseria.
Inversamente proporcional a lo que propone Milei, el Grupo OND plantea un camino claro y distinto: la Industrialización con Justicia Social. Esto significa poner en marcha un proyecto de Nación que genere puestos de trabajo genuinos, que valore el esfuerzo de nuestros trabajadores y que devuelva dignidad a las familias argentinas.
Proponemos la explotación soberana de nuestras riquezas naturales, no para beneficio de los capitales externos, sino para transformarlas en producción nacional, en tecnología propia, en energía para nuestro pueblo y en divisas que fortalezcan al Estado. Porque la verdadera riqueza de una Patria no está en la especulación financiera, sino en su capacidad de producir, innovar y distribuir con equidad.
El Grupo OND sostiene que sin un Estado presente en el marco de una comunidad organizada no hay futuro posible, es el Estado el que garantiza la educación pública, la salud, las jubilaciones y los derechos laborales. Es el Estado el que debe proteger la industria, el comercio interno y las economías regionales.
Solo así alcanzaremos la soberanía económica, condición indispensable para tener independencia política y justicia social. Y solo así lograremos que la Argentina crezca como Nación, no al servicio del poder económico global, sino al servicio de su propio pueblo.